Hermanos en la pasta: hace unos días, presencié el milagro de milagros, suficiente para reconciliar las dos creencias más antagónicas del mundo. El siempre bueno y sabroso Monesvol, se dignó en bendecir y al mismo tiempo demostrar, la falsedad de esos ídolos nacionalistas y narcobarrocos. La iglesia lo niega todo, pero ya sabemos que Monesvol hace creer a los ingenuos cosas que no son. Así, nosotros que sabemos la verdad y hemos sido tocados por el apéndice de pasta, vemos al fin la superioridad de Monesvol, que sea alabado cada viernes y si se puede, también entre semana.
Behold the true miracle upon a fake idol!!
Y así hermanos, me despido deseando:
2 comentarios:
Hermano mio, he llorado de la emocion... hablo enserio
Me alegra que te emocione tanto como a mí!
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